
Una base militar rusa en Crimea fue blanco de una nueva ronda de ‘ataques misteriosos’. Mientras que Rusia señaló que la causa de las explosiones fue sabotaje, oficiales ucranianos insinuaron en redes sociales que los ataques habrían sido ejecutados por ellos. Sin embargo, Ucrania no ha confirmado ni rechazado oficialmente su autoría. El ataque, cerca de la ciudad de Dzhankói en el norte de la península, se llevó a cabo con precisión quirúrgica y afectó los depósitos de armamento de una base militar, una subestación eléctrica y una línea ferroviaria que son clave para el suministro de las tropas rusas apostadas en el sur de Ucrania.
¿Nueva estrategia?
Mykhailo Podolyak, uno de los asesores del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy, le dijo al diario británico The Guardian que, con el ataque a la base militar rusa, Ucrania había iniciado una contraofensiva que buscaba “generar caos” en las fuerzas rusas. Así buscan continuar con los ataques a objetivos de logística, suministros, depósitos de municiones y objetivos de infraestructura militar que afecten y limiten las capacidades del ejército ruso.
Si bien las fuerzas ucranianas han utilizado el armamento convencional que han recibido de EE. UU. y los países europeos para contener el avance ruso en el sur y este del país —el sistema de misiles HIMARS ha sido particularmente exitoso—, estos nuevos ataques estilo guerrilla podrían constituir una nueva estrategia. Al igual que los ataques en la base aérea de Saki de la semana pasada, los blancos de los ataques de ayer están fuera del alcance del armamento convencional, por lo que se especula que Kiev ha adquirido nuevas habilidades bélicas que incluirían gran capacidad de inteligencia local y el uso de drones kamikazes.
Disputa por la central nuclear
En otro frente de la guerra, hay preocupación por los bombardeos que se han producido en proximidad de la central nuclear de Zaporiyia en el este del país, la cual es la mayor central nuclear de Europa y la tercera del mundo. Rusos y ucranianos se acusan mutuamente de los ataques. Los rusos culpan a Ucrania de atacar Enerhodar, ciudad en la márgen izquierda del río Dniéper, en donde se encuentra la planta. Por su parte, los ucranianos culpan a Rusia de bombardear la ciudad de Níkopol, en la márgen derecha del Dniéper, frente a Enerhodar. Como lo señaló António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, hace unas semanas, la humanidad está “a un error de cálculo de la aniquilación nuclear”.