
Brasil hundió este viernes uno de sus portaaviones, llamado el “São Pablo”. La decisión se tomó puesto que habría estado a la deriva por más de seis meses, pese a las denuncias por el riesgo biológico que esto representa. El portaaviones, que pesa unas 34.000 toneladas, fue empujado mar adentro, quedando en línea recta frente a Recife, Pernambuco en Brasil, y fue bombardeado.
¿Cuál es la historia del barco?
Este barco sirvió a la armada francesa hasta 1963, comprado por Brasil en el 2000 y luego vendido como chatarra por dos millones de dólares a Turquía, en 2021. Estos últimos decidieron no recibirlo a pesar de que ya había cruzado el Atlántico. Argumentaron que el barco contenía 10 toneladas de asbesto en la estructura, y ONGs ambientales turcas protestaron para que este no pudiera entrar a ningún puerto del país. Al volver a Sur América, también le fue negado el ingreso a puerto, y tuvo que ser enviado a 350 kilómetros mar adentro. Aun en aguas brasileras, en el linde con aguas internacionales, lo hundieron.
¿Por qué hay polémica internacional?
La armada brasilera afirma que el hundimiento fue planificado y controlado, ahorrándole gastos económicos al país y evitando pérdidas logísticas, operativas y ambientales. Pero en un comunicado, Green Peace afirma que “al hundirse se arrojan toneladas de amianto, mercurio, plomo y otras sustancias altamente tóxicas al lecho marino (…) se trata de la mayor violación a los acuerdos internacionales sobre disposición de químicos que cualquier país haya cometido”.
Los barcos abandonados representan un peligro ecológico, pero la Basel Action Network (BAN), denuncia que el bombardeo también constituye violaciones del derecho internacional y sería un delito ambiental patrocinado por el Estado. Según la organización, además del asbesto en la estructura, el banco representa cientos de toneladas de sustancias tóxicas en el cableado eléctrico, pintura y depósitos de combustible. Jim Puckett, director de la organización, afirma que hundirlo fue una decisión “inexplicable e irracional”. Pero realmente, debido al deterioro de la estructura, es algo que terminaría sucediendo en menos de dos años.