Ariadna Fernanda López fue vista por última vez el pasado domingo 30 de octubre. Según las investigaciones, ella y otras dos personas — identificadas como Rautel N y Vanessa N— se dirigieron a un apartamento en Ciudad de México. No se volvió a saber nada de su paradero hasta el día después, cuando dos ciclistas alertaron a las autoridades del hallazgo de un cuerpo sin vida abandonado al costado de una carretera entre la capital y Morelos.
Por el lugar en el que fue encontrada, la investigación correspondía a la Fiscalía de Morelos, cuyo reporte inicial sugería que la joven había fallecido por una supuesta intoxicación con alcohol que la llevó a broncoaspirar, por lo que no habrían indicios de feminicidio. Sin embargo, por solicitud de la familia de la víctima se realizó una segunda necropsia a cargo de la Fiscalía de la Ciudad de México, que concluyó que Ariadna López murió por un trauma múltiple generado por lesiones de varios golpes.
Ayer, la jefa de Gobierno de CDMX, Claudia Sheinbaum, acusó al fiscal de Morelos, Uriel Carmona, de tener nexos con el presunto asesino. Ambos están vinculados con Morena —partido del presidente López Obrador—, incrementando la tensión.
Carmona rechazó los señalamientos, diciendo que no existía ningún interés de encubrimiento y negando, además, conocer al principal sospechoso del crimen. La Fiscalía Anticorrupción de Morelos abrió una pesquisa para esclarecer cualquier acto de corrupción posible por parte del Estado.
