
El viernes pasado se cumplieron cien días desde la invasión rusa a Ucrania. La que se creyó que iba a ser una suerte de blitzkrieg, o guerra relámpago, por la aparente superioridad militar de las Fuerzas Armadas rusas, ha resultado ser un conflicto complicado y que parece que se prolongará en el tiempo.
Costo para Ucrania
La guerra ha tenido un impacto devastador sobre Ucrania. El Comité Internacional de la Cruz Roja señaló que la destrucción en el país “desafía la comprensión”. Las siguientes son unas cuantas cifras, al estilo Harper’s, para tratar de darle dimensión a dicho impacto:
- Estimación de las bajas del ejército ruso: 15.000
- Estimación de civiles muertos en Ucrania: “Decenas de miles”
- De las cuales se estima que fallecieron en el sitio a Mariúpol: 21.000
- Número estimado de refugiados: 6’983.041
- Edificios residenciales destruidos: 38.000
- Personas que se cree que se quedaron sin hogar como consecuencia de las edificaciones destruídas: 220.000
- Instalaciones educativas destruidas (desde jardines infantiles hasta universidades): 1.900
- Millones de empleos perdidos: 4,8
- Costo de la infraestructura destruida: al menos 100.000 millones de dólares
- Porcentaje del área total de Ucrania bajo control ruso: 20%.
Tres lecciones
La evolución del conflicto deja claras tres lecciones de cosas que no sabíamos antes del 24 de febrero. Primero, el ejército ucraniano resultó mucho más aguerrido y organizado de lo que suponíamos. En teoría, el ejército ruso, que es entre cuatro y seis veces más grande en cifras crudas, debía haber avanzado con mayor rapidez. De hecho, eso fue lo que ocurrió en 2014 durante la invasión a Crimea. Pero, justamente ese evento llevó a una transformación radical de las Fuerzas Armadas ucranianas, objetivo que se logró en gran medida gracias a los $2.000 millones de dólares de asistencia de Estados Unidos y otro tanto de la OTAN invertidos antes de la guerra con Rusia. Desde que se inició el conflicto, la ayuda ha llegado a caudales.
Segundo, el ejército de Putin no es ni la sombra del Ejército Rojo que derrotó a los alemanes, junto con los Aliados, en la segunda guerra. Los problemas logísticos, organizacionales y de moral explican los fracasos espectaculares como el intento por capturar Kiev en la primera semana o el desastroso intento por cruzar el río Síverski Donets. Si uno de los objetivos de Putin era mostrarle a Occidente su poderío militar para posicionarse como potencia global, por el contrario lo que ha hecho es quedar en evidencia.
Por último, la respuesta de la OTAN y las potencias de occidente han ayudado a hacerle contrapeso al esfuerzo desestabilizador de Rusia. Con sumo cuidado de no causar una tercera guerra, Estados Unidos y Europa han impuesto drásticas sanciones a Rusia, las cuales han tenido efectos significativos sobre la economía de ese país. Se estima que la economía rusa se contraiga en 7,5% este año y su inflación anualizada llegó al 17,8%. Pero adicionalmente, La OTAN se ha revigorizado por su respuesta frente a la invasión rusa y por la adhesión de Suecia y Finlandia por la percepción de amenaza rusa a su seguridad.