
Científicos de Estados Unidos y Brasil analizaron los genomas antiguos de América y hallaron información sobre una migración que ocurrió hace 1500 años desde lo que hoy es Uruguay hasta lo que conocemos como Panamá y las complejas dinámicas de migración que atravesaban esos desplazamientos. América, el último continente en ser poblado, fue habitado de norte a sur. Sin embargo, esta investigación reveló que también se habían presentado migraciones en el sentido contrario.
André Luis Campelo, un arqueólogo brasileño e investigador principal del proyecto, confirmó que los restos analizados provinieron del departamento de Rocha, en Uruguay y de dos importantes sitios arqueológicos del estado de Pernambuco, en Brasil. El ADN, recogido de los dientes de esqueletos de unos 1500 años, permitió una secuenciación completa de los genomas, que posteriormente fue comparada con muestras provenientes de otros lugares del continente. Este análisis reveló, además, la presencia de contenido genético de los denisovanos —una especie humana que existió en Asia hace muchos años— en genomas latinoamericanos.

La ruta de migración fue trazada por los investigadores a partir de comparar el material genético y teniendo en cuenta la edad. “Por ejemplo, cuando haces un análisis genealógico ves quién era el abuelo, el padre y el hijo. Nuestro análisis filogenético busca ver quién sería el ancestro y quién el descendiente”, afirma Campelo. De este modo, fue descubierto el proceso migratorio, antes desconocido, de sur a norte.
Este estudio logró resolver dudas acerca del proceso de población de América y arrojó nuevos datos que seguramente continuarán siendo estudiados por la comunidad científica.