
El gobierno de California y las autoridades federales del país intervinieron el banco First Republic Bank (FRB) y autorizaron que JPMorgan Chase comprara todos sus depósitos, incluyendo aquellos que no estaban asegurados, y la mayoría de sus activos. El banco de Wall Street se comprometió a pagar 10 600 millones de dólares como parte del acuerdo. Con este salvavidas se evitó el colapso del banco. Si esto suena a déjà vu, es porque se trata de la segunda quiebra más grande de un banco después de la del Washington Mutual en 2008, y es la tercera intervención de este tipo en lo que va del año, tras los rescates del Silicon Valley Bank (SVB) y al Signature en marzo pasado.
¿Qué le pasó al FRB?
Al igual que SVB, el FRB tenía muchas de sus inversiones en bonos a largo plazo que fueron adquiridos cuando las tasas de interés eran bajos. Cuando las tasas de interés subieron, el valor de esos títulos decreció. Además, el FRB había desarrollado una estrategia agresiva de buscar clientes boyantes. Por eso, la gran mayoría de los depósitos superaban el límite de doscientos ciencuenta mil dólares establecido por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC), el regulador encargado de garantizar los depósitos bancarios, lo que significa que no estaban asegurados. Esto tenía preocupados tanto a analistas como a inversionistas, que temían que, en caso de quiebra de FRB, sus clientes no recuperaran todo su dinero.
En marzo pasado, un grupo de once bancos privados, incluyendo JPMorgan, invirtieron treinta mil millones de dólares para solventar la crisis del FRB. Sin embargo, el banco no pudo presentar un plan de rescate viable y la semana pasada anunció que durante el primer trimestre del año había sufrido el retiro de cien mil millones de dólares de clientes inciertos con el futuro del banco. Como consecuencia, sus acciones se desplomaron y esto produjo la reacción del gobierno.
Todo bien
Un portavoz del Departamento del Tesoro de EE. UU. señaló que se sentía “esperanzado” por haber podido proteger los depósitos de todos los clientes del First Republic Bank y también porque la negociación con JPMorgan ayudó a minimizar los costos para la FDIC, estimados en trece mil millones de dólares. “El sistema bancario sigue siendo sólido y resistente, y los estadounidenses deberían confiar en la seguridad de sus depósitos”, añadió.