
Anoche se realizó la primera de varias audiencias públicas en las que la Comisión Selecta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos revelará los hallazgos de su investigación sobre la revuelta popular con la que Donald Trump y sus seguidores intentaron subvertir el proceso de certificación de la elección que dio como legítimo ganador a Joe Biden. La comisión pretende mostrar a los estadounidenses un resumen de las conclusiones sobre el “esfuerzo coordinado y en varias etapas” para alterar el resultado de las elecciones. La audiencia se realizó en prime-time y fue transmitida en vivo por la mayoría de las cadenas de ese país, con excepción de Fox News, que presentó un especial de Tucker Carlson con una versión revisionista de los hechos, los cuales calificó como “no una insurrección”.
Sin republicanos
A pesar del bombo que le han dado los medios liberales, como el New York Times o el Washington Post, entre otros, el esfuerzo mediático de la Comisión Selecta puede no tener mucho impacto sobre la opinión de los estadounidenses que se encuentran profundamente polarizados. Una encuesta del Pew Research Center realizada en los días posteriores al ataque al Congreso mostró que mientras el 95% de los encuestados demócratas creían que Trump era responsable de los hechos violentos, solo el 52% de los encuestados republicanos pensaba lo mismo.
Así, a pesar de tratarse de una audiencia formal del Congreso, no contó con la participación de los congresistas republicanos, con excepción de los dos que hacen parte de la comisión: Liz Cheney y Adam Kinzinger. En general, los republicanos han cuestionado la legitimidad del trabajo de la comisión y sancionaron a Cheney y Kinzinger por formar parte de la misma.
Implicaciones
El alcance del trabajo de la comisión es limitado. El intenso trabajo de recolección de evidencias y testimonios —cuyos highlights serán presentados en la serie de audiencias que empezaron anoche y se realizarán durante todo el mes de junio— incluye entrevistas con más de 1000 personas y la revisión de grandes cantidades de documentos y material audiovisual. Sin embargo, la comisión no tiene poderes judiciales, sólo puede hacerle recomendaciones al Departamento de Justicia, el cuál sería encargado de abrir una investigación formal contra Trump. No obstante, la comisión espera convencer a los estadounidenses del esfuerzo consciente de Trump y sus aliados por quebrar la democracia de ese país.