
Los habitantes del suroeste de Colombia están viviendo una crisis debido al desabastecimiento que el cierre de la vía Panamericana —consecuencia de un derrumbe a la altura del municipio de Rosas, ubicado en el departamento del Cauca— le ha provocado a 64 departamentos de Nariño. El desastre ambiental —que ocurrió pasado 9 de enero— prácticamente desapareció del mapa un tramo de vía que conecta con el sur del continente y era, además, la única carretera que tenía las condiciones adecuadas, en esa zona, para transportar pasajeros y carga.
Como consecuencia de esa situación, en muchos departamentos del país se ha visto, para los alimentos provenientes del sur —como la papa, la zanahoria, el queso y la lechuga— un aumento de precio de, al menos, el 50%. En adición, también se desarrolló una crisis de insumos y combustibles que ha encontrado su punto más álgido en Nariño. Allí, miles de personas tienen que hacer largas filas en las gasolineras para abastecer sus vehículos, pues los camiones cisternas tienen que ir hasta Ecuador para volver a entrar a Colombia. Según la Federación Nacional de Distribuidores de Combustibles y Energéticos, solamente en Pasto 635 gasolineras en riesgo de desabastecimiento total.
¿Qué piensa hacer el gobierno frente a la crisis?
Para hacerle frente a la situación, el gobierno ha planeado una estrategia que consta de seis medidas que pretenden mitigar la crisis. Todas ellas están planeadas para controlar el problema mientras se terminan de construir las vías alternas a la Panamericana que ya se encuentran en desarrollo:
- El primer gran problema tiene que ver con la gasolina y el incremento de su precio. El gobierno, además de establecer rutas alternas para su abastecimiento que ya se encuentran en uso, determinó que habrá un tope límite para los precios del galón, siendo $8.916 para gasolina y $8.396 para diésel.
- El Estado comprará las cosechas del departamento y la mayor parte de ellas se llevarán a los territorios con mayores índices de hambre del país.
- Se comprarán tierras en lugares cercanos al punto donde sucedió el desastre. Esto, con el objetivo de poder brindarle territorio fértil a los damnificados para que puedan recuperarse mientras siguen produciendo.
- Se instalarán mesas de trabajo con sectores que se han visto gravemente afectados por la incomunicación, para escuchar e intentar dar solución a sus problemas desde la particularidad, pues son industrias distintas.
- Aumentar las “traídas” de combustible a todos los departamentos afectados del país para, así, garantizar el abastecimiento de gasolina.
- Se limitará el precio del gas licuado. Una comisión del Ministerio de Minas será la encargada de establecer el precio límite.
Finalmente, el gobierno también dispondrá de una inversión de $70.000 millones para arreglar la vía. Con esto se prevé, en primer lugar, habilitar la viabilidad para vehículos de carga pesada entre Pasto y Popayán en un periodo aproximado de 30 días. Si todo sale bien, en 120 días estarán listas las obras definitivas que conectarán, de nuevo, la Panamericana.