Crisis política en Reino Unido. Truss vs. la lechuga

Fotografía: Sky News

¿Podrá el gobierno de Liz Truss durar más de lo que dura una lechuga? Esta es la pregunta que se vienen haciendo desde el viernes pasado en los medios y las redes sociales británicas. La crisis política arreció el viernes pasado con el despido de Kwasi Kwarteng, ministro de hacienda (Chancellor of The Exchequer) el cual sólo ocupó durante 38 días. Fue una decisión algo desesperada por parte de Truss porque Kwarteng era su alfil de confianza —en 2012 escribieron juntos el libro Britannia Unchained en el que promueven políticas de corte Thatcheristas.

¿Cómo llegamos aquí?

La culpa de la debacle actual la tienen las improvisadas políticas económicas de Truss y Kwarteng. Influenciados por los tanques de pensamiento más conservadores de Inglaterra y en contravía de la evidencia que se ha acumulado desde la era Thatcher y Reagan —los beneficios del “trickle down economics” realmente no descienden y sólo benefician a los más ricos—, presentaron un “mini” presupuesto con recortes fiscales sin financiación, lo cual generó gran preocupación por la situación financiera del gobierno británico. El mercado reaccionó de forma abrupta y muchos inversionistas se deshicieron de los bonos del tesoro y la libra esterlina se vino a pique. El Banco de Inglaterra tuvo que lanzar un programa de emergencia de compra de bonos. Para nadie era claro cómo pretendían expandir los programas sociales y reducir impuestos al mismo tiempo: por cuenta de la crisis del de costo de vida y el aumento del costo de los combustibles por la guerra en Ucrania, Truss había anunciado un subsidio para las facturas de energía de los hogares británicos durante el invierno.

A finales de septiembre, Kwarteng dio un primer reversazo político a su idea de recortar los impuestos de los más ricos a finales de septiembre. El viernes pasado tuvo que dar otro giro en U al anular la propuesta de reducción de impuestos corporativos. Pero ya era demasiado tarde y el daño estaba hecho.

¿Qué sigue?

En términos económicos, el control del daño corre por cuenta de Jeremy Hunt, reemplazo de Kwarteng en el Exchequer. Para apaciguar la intranquilidad de los mercados, Hunt eliminó casi todos los recortes de impuestos de Truss y fijó el mes de abril próximo como fecha límite para el subsidio de energía. La libra esterlina recuperó valor ayer lunes y Wall Street tuvo un buen día como consecuencia del cambio de política económica.

Sin embargo, en términos políticos el panorama es distinto. Líderes de los dos partidos están criticando duramente su gestión y ya empieza a tomar fuerza la idea de una convocatoria a elecciones generales. La credibilidad de Truss quedó fuertemente comprometida, lo que le daría la ventaja a los laboristas, quienes han estado fuera del poder desde la renuncia de Gordon Brown en 2010. Puede que Truss dure más que la proverbial lechuga, pero la improvisación de su gobierno le va a resultar costosa a ella, a su partido y sobre todo al pueblo británico.

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