
La CELAC —Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños— es un mecanismo intergubernamental configurado con el objetivo de promover la integración y el desarrollo de los países de América Latina y el caribe. Este año, la reunión tendrá lugar en Argentina entre el 24 y el 25 de enero. Allí llegarán, además de los presidentes de los Estados miembros, Charles Michel, Presidente del Consejo de la Unión Europea; Olaf Scholz, canciller de Alemania; y, Hayashi Yoshimasa, ministro de Relaciones Exteriores de Japón.
Antes del inicio formal de la CELAC se tenía previsto un encuentro entre el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el jefe de Estado de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Sin embargo, un comunicado del gobierno venezolano anunció que Maduro no asistirá a la cumbre por motivos de seguridad. Según el alto mandatario, él y todo su gabinete habrían sido informados de un supuesto plan de agresión contra la delegación que iba a encabezar en el evento. En representación del país sólo viajará a Argentina el canciller Yvan Gil. Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, también estará ausente en la cita.
Por otra parte, Lula da Silva y Alberto Fernández tienen un objetivo ambicioso que piensan poner sobre la mesa para que sea pensado y tratado desde la CELAC: la creación de una moneda unificada para toda América Latina. Según un texto conjunto que publicaron los altos mandatarios, tomaron la decisión de avanzar en las discusiones respecto a la idea, pensando en la moneda como una herramienta que no sólo pueda usarse en los flujos financieros y comerciales, sino que también les permita, como comunidad, reducir los costos operativos y reducir la vulnerabilidad externa.
No obstante, a pesar del ímpetu de los presidentes —y de que parece ser un proyecto bien estructurado—, las conversaciones y la posible aceptación general de la propuesta en la cumbre sólo serían los primeros pasos de un largo camino que, según expertos, no parece ser tan viable a corto plazo. En ese sentido, en el documento Lula da Silva y Fernández también instaron a que los gobiernos modernicen las reglas y fomenten el uso de las monedas locales, para así superar las barreras en los intercambios comerciales y poder fortalecer la economía de la región.