
Las controversiales políticas económicas anunciadas por el gobierno de Liz Truss produjeron el mayor desplome de la libra esterlina en casi cuarenta años. El viernes pasado Kwasi Kwarteng, ministro de hacienda británico, anunció una serie de medidas orientadas a revivir la economía que parecían sacadas de un manual de reaganomics de los ochentas. De un lado propuso un masivo recorte de impuestos, de unos £45 billones, sesgado a favor de los más pudientes. Así, se estimó que una persona con ingresos superiores a £1 millón anuales recibiría beneficios de £55.000, mientras que alguien con ingresos anuales de £20.000 recibiría tan sólo £157. De otro lado, planteó que el hueco fiscal se taparía un mayor nivel de deuda pública.
El anuncio hizo que los mercados reaccionaran de forma inmediata dudando de los planes del gobierno y de su capacidad de financiarlos, por lo que el desplome de libra esterlina se hizo inminente; cayó el viernes y volvió a caer ayer para cerrar a USD$1,07, su precio más bajo desde 1985. Kwarteng tuvo que salir a los medios ayer a tratar de aclarar lo anunciado el viernes y debió admitir que su plan no había sido analizado por la Oficina de Responsabilidad Presupuestal —una agencia pública independiente —. Explicó también que el plan estaría listo para noviembre próximo y que incluiría las provisiones para reducir la deuda pública. Las críticas han sido vehementes. Algunos parlamentarios laboristas calificaron las medidas como “guerra de clases” y cuestionaron su alto costo social debido a la crisis de costo de vida que viene atravesando el Reino Unido.