¿El núcleo de la tierra está girando al revés? ¿Nos haremos pequeños para volver a nacer?

¿Se emborrachó el núcleo de la tierra? ¿Es verdad que se detuvo y ahora gira al revés?
¿Se emborrachó el núcleo de la tierra? ¿Es verdad que se detuvo y ahora gira al revés? / Imagen: Edit nuestro 😉.

Es oficial: el núcleo de la tierra es vallenatero. O al menos gusta de clásicos como Obsesión, y podría parecer que está próximo a acatar el deseo de que “la tierra girara al revés”, según un estudio reciente. Pero ojo, no es, como se ha dicho en redes y medios, que efectivamente vaya a ir en sentido contrario a la tierra, ni tampoco que se haya detenido.

Resulta que la corteza de la tierra, de 6378 kilómetros de radio,  y la esfera de metal sólido que compone el núcleo interno, que es del tamaño de Plutón —1200km de radio—, no están del todo sincronizadas. Ya sabíamos que ni siquiera se tocan, pues entre ellas hay otra capa, el núcleo externo, compuesta de metales líquidos; también que es por la interacción entre esos dos núcleos y la fuerza gravitatoria que la corteza ejerce sobre ellos que se configura el campo electromagnético del planeta.

Xiaoming Song, de la Universidad de Pequín, fue el autor principal del reciente estudio que ha llegado a los titulares del mundo. Él explicó que se estudiaron las ondas sísmicas —terremotos— que han atravesado la tierra desde la década de 1960, tomando a la superficie de la tierra como punto de referencia, para poner a prueba la tesis de que la rotación del núcleo interno es un poco más rápida que la del resto de capas. La estimación era que iba 0,1 grados anuales más rápidamente, para ser exactos.

Del estudio se pudieron determinar varias cosas. Primero, que entre mediados de 1970 y 2009, el núcleo interno sí rotó más rápido que la corteza. Pero, en segundo lugar, observaron que desde entonces se ha ido frenando. Como la rotación de las otras capas ha sido algo más rápida, en algún punto alcanzó la aceleración del núcleo, haciendo parecer que este se había detenido. Eventualmente, la velocidad de las capas externas ha sido más alta que la del núcleo, dando la impresión de que este último estuviera girando al contrario, pero solo con relación a la superficie, pues sigue yendo en sentido este. Al parecer, esa seguirá siendo la tendencia por varias décadas, pues el estudio sugirió, en tercer lugar, que los cambios en la velocidad del núcleo fluctúan en ciclos de aproximadamente setenta años desde hace milenios.

Desafortunadamente, la información sobre la actividad sísmica es muy escasa —el método de captura no tiene más de 60 años, contra los millones de nuestro planeta—. Y aunque esos cambios implican variaciones en el campo electromagnético, son y han sido siempre imperceptibles para los humanos y en general para la vida en la superficie. Así que, lastimosamente, seguiremos como si nada, sin hacernos pequeños ni volver a nacer.

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