
El F-16 es un avión de combate ligero que se diseñó inicialmente en la década de 1970. Entró en servicio en 1979 y fue usado, en su mayoría, por la fuerza aérea de EE. UU., tanto en la guerra de Irak como en la de Afganistán. Por otra parte, Ucrania contaba con una pequeña fuerza aérea de 120 aviones estándar soviéticos al inicio del conflicto —Sukhoi 25 y 25 y MiG29—, pero dicho número ha disminuido a medida que avanzan los enfrentamientos. Esto significa, irremediablemente, que en algún momento deberá restablecer su capacidad aérea; el gobierno de Zelenski ha mostrado su interés por los F-16 con claridad.
En ese escenario, Kiev está planeando una ofensiva para la primavera, mientras que, al mismo tiempo, se prepara para resistir los esfuerzos que Rusia realiza —y seguirá realizando— con miras de romper su actual estancamiento militar. A pesar del riesgo, Ucrania se encuentra esperanzada en que los escuadrones de jets rápidos puedan usarse para avanzar o, al menos, ayudar a mitigar un posible ataque ruso masivo.
Así las cosas, para que Ucrania logre obtener los F-16 primero tiene que persuadir a Occidente, tarea que parece, hasta ahora, imposibilitada debido a la negativa de grandes potencias como Alemania, Estados Unidos y Gran Bretaña. No obstante, también hay países que consideran que el suministro de dichos aviones es, no sólo viable, sino también completamente necesario —teniendo en cuenta el panorama de la guerra—; entre ellos, resalta Polonia —que ha intentado convencer al resto de sus pares— y Francia.
Fuera de los F-16, ¿Cómo va la guerra?
Rusia anunció la captura del pueblo de Blagodatne, ubicado al este de Ucrania y al norte de Bajmut, una ciudad en la que el ejército ruso ha intensificado gradualmente su ofensiva desde hace un par de semanas. El Ministerio de Defensa del Kremlin indicó, sobre los hechos, en su comunicado diario que la localidad había sido “liberada”, gracias al trabajo conjunto de “unidades de asalto voluntarias” —así le llaman a los grupos paramilitares, como Wagner, que combaten en territorio ucraniano— la fuerza aérea y la artillería.
Adicionalmente, esta semana Estados Unidos acusó al gobierno ruso de incumplimiento en el tratado Nuevo START, firmado en 2011— con miras de limitar a 1.500 el número de ojivas nucleares estratégicas que EE. UU. y Rusia pueden tener desplegadas, así como los submarinos, vehículos terrestres y misiles para disparar. Como el acuerdo tiene como eje principal un riguroso sistema de inspecciones mutuas de los respectivos arsenales, la presunta falta de Moscú radicaría, según el Departamento de Estado, en que no ha permitido la inspección prevista para su territorio.