
Contrario a las expectativas del gobierno, la inflación en Argentina no cede. En efecto, el gobierno de Fernández fue el primer sorprendido con el dato de inflación publicado el viernes pasado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, el cual fue de 7,7% en marzo. El acumulado del trimestre es de 21,7% y el dato interanual (entre marzo 2022 y marzo 2023) es de 104,3%. Como referencia, la inflación de Colombia este trimestre llegó al 4,5% y la interanual al 13,34%.
Impacto social
Como les habíamos contado, el impacto social de la inflación es muy fuerte en el país austral. Los alimentos se han encarecido, especialmente el de las legumbres, las frutas y las carnes. Así, no solo es más caro acceder a los alimentos, sino que es más caro comer saludablemente. Según un estudio del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación, en marzo, una canasta mensual compuesta por verduras, frutas, legumbres y cereales integrales, leche, yogur y pescado tuvo un costo de $ 17.600 por adulto (unos $80 dólares al cambio oficial). Esto representa un aumento del 33% en comparación con una canasta que incluye pan, harinas y cereales refinados, papa y carnes rojas.
¿La esperanza es lo último que se pierde?
En el lado político, el aumento de precios plantea un obstáculo para la carrera política del ministro de Economía, Sergio Massa, considerado como posible candidato presidencial del peronismo. Las medidas tomadas por el gobierno, incluyendo controles de precios, evidentemente, no han funcionado. En los oídos de los argentinos resuenan mal las palabras de Massa de fines del año pasado cuando predijo una tasa de inflación mensual por debajo del 4% en abril, algo prácticamente imposible de lograr. No obstante, el gobierno espera que para abril amaine un poco la sequía —la más grave en más de 60 años— y se resuelva un brote de gripe aviar para que los precios de los alimentos caigan un poco.