
Rusia y Ucrania llevaron a cabo un inesperado intercambio de prisioneros que llevó a la liberación de más de 300 personas, incluídos diez extranjeros, que estaban en manos de los rusos. Es el acuerdo más grande e importante de este tipo que ha tenido lugar desde que comenzó la guerra en febrero pasado.
Los ucranianos celebraron la liberación los prisioneros de guerra, algunos incluso condenados a muerte por tribunales prorrusos no reconocidos que estaban establecidos al este de Ucrania. A cambio, Kiev entregó 55 detenidos a Rusia, incluido Viktor Medvedchuk, oligarca ucraniano y aliado de Putin.
Las negociaciones para el intercambio de prisioneros fueron mediadas por figuras clave en la dimensión diplomática y geoestratégica del conflicto, como el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salmán y el presidente de Turquía, Recep Erdogan. Para Kiev, el suceso supone, también, una suerte de victoria simbólica que se une a las ganancias obtenidas esta semana con la recuperación de parte de su territorio invadido.