
El proyecto de ley para la reforma a la salud llegó ayer al Congreso. Se trata de la que quizás sea la apuesta más controversial del gobierno Petro, incluso hacia el interior de sus filas. Por ende, es uno de los proyectos que implican mayores costos políticos y no es seguro que la bancada de gobierno vaya a contar con los votos necesarios.
¿Cómo quedó la reforma?
Los 18 capítulos y 150 artículos buscan los mismos 5 cambios que ya ha mencionado antes la ministra Corcho, pero detallados:
- Un modelo de administración público, liderado por la ADRES como institución pagadora única y central, que distribuirá recursos a cinco Fondos Regionales de Salud. Estos serán operados por Consejos Administradores integrados por 3 representantes de empleadores de la salud, 3 de los empleados, 2 del gobierno nacional —1 por Minsalud y otro por Minhacienda— y 1 de gobernaciones y municipios.
- Priorización de una política de atención territorial y creación de redes de centros de atención primaria. Las actuales EPS no desaparecerán —tampoco podrán crearse nuevas — pero deberán modificarse hasta encajar en un nuevo modelo que les limita sus funciones a las de atender esos centros, referenciar pacientes y hacer auditorías. La afiliación a salud sería a un centro de atención primaria según nuestro lugar de vivienda, y no según EPS.
- Un régimen laboral especial para trabajadores del sector.
- Creación de un instrumento para diseño de metas para la mejoría de factores contextuales intervinientes en la salud pública —como el acceso a agua potable.
- Establecimiento de un sistema público de información que permita hacer seguimiento a la transferencia de fondos de los regímenes subsidiado y contributivo.
Dos sorpresas:
- La Nueva EPS sería capitalizada por el Estado para que sea una especie de súper EPS mientras se hace el proceso de transición al modelo de pagador único.
- Petro tendría facultades extraordinarias para definir escalafones de mérito de pago a médicos y normas, entre otras medidas transicionales.
Tres elementos de contexto que pesarán sobre el debate:
- La propuesta no incluye mensaje de urgencia. Deberá atravesar el proceso de debate regular, comenzando por la comisión Séptima de la Cámara, luego plenaria de Cámara, y dos debates también por comisión y plenaria, pero del Senado.
- No es claro si clasifica como proyecto de ley estatutaria. Si lo es, no puede debatirse en las actuales sesiones extraordinarias. Si no lo es, solo puede ser debatido antes del 16 de marzo si es incluido en el listado de temas de dichas sesiones.
- Además de los documentos de propuestas emitidos por distintos partidos, el Centro Democrático presentó una contrarreforma.