
Líderes militares y de defensa aliados de Ucrania se reunieron el viernes pasado, en la base aérea Ramnstein —base estadounidense en Alemania—, para decidir y coordinar la donación de un nuevo paquete de armamento para Kiev. No obstante, a pesar de todo el tiempo dedicado y de la presión ejercida por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, los representantes no lograron llegar a un acuerdo respecto al envío de tanques de guerra modelo Leopard 2, de origen alemán.
Los Leopard 2 podrían tener un gran impacto en los enfrentamientos de la guerra, sobre todo en un momento en el que Rusia se encuentra intensificando su ofensiva, después de haber sufrido varias pérdidasde territorio. En ese sentido, los representantes de Polonia y Finlandia indicaron que pueden enviar los tanques de ese modelo que tienen a su disposición, pero para eso necesitan la aprobación de Alemania, que se ha mostrado reacia a la posibilidad, no sólo de enviarlos por su cuenta sino también de permitir que otros países los proporcionen.
Boris Pistorius, ministro de Defensa alemán, declaró que antes de tomar una decisión de ese tipo hay que pensar, responsable y detenidamente, en las consecuencias que puede tener para todas las partes del conflicto. Por este motivo, se especula que la preocupación que le subyace a su negativa tiene que ver con el temor a la posibilidad de aportar al estallido de una escalada bélica sin precedentes.
Por su parte Rusia, además de advertir que el envío de dichos tanques a Ucrania le traería más problemas que beneficios, también anunció, por medio de los voceros de su mando militar, que sus tropas avanzaron en los frentes del Donbás y Zaporiyia. Según los informes, en esas zonas las fuerzas ucranianas sufrieron 50 bajas y perdieron carros blindados, algunas camionetas y un par de obuses.