Ferdinando “Bongbong” Marcos elegido presidente de Filipinas

Foto: kahimyang.com

Si el nombre resulta familiar, es porque Bongbong Marcos —su apodo de infancia y nombre que todavía usa— es hijo de los tristemente célebres Ferdinando e Imelda Marcos. Marcos padre gobernó el país entre 1965 y 1986 cuando una revuelta popular lo derrocó y se exilió en Hawái llevando consigo entre USD $5,000 y $10,000 millones que robó del Estado filipino. Tras la muerte de su padre en 1989, Marcos hijo regresó a su país y se involucró en política. Ha sido representante a la Cámara, gobernador y senador y, ahora, es el nuevo presidente electo.

Reescribir la historia (desde Facebook y TikTok)

Bongbong Marcos se impuso categóricamente a su más inmediata contendora, la actual Vicepresidente Leni Robredo, con 59% de los votos frente a 28% de ésta. Mientras Marcos representa la continuidad del actual presidente Rodrigo Duterte, Robredo lideraba un proyecto más respetuoso de los valores democráticos y recio en su lucha contra la corrupción. Y no es contradictorio; Robredo fue la principal opositora del gobierno de Duterte ya que en Filipinas, la vicepresidencia se elige de forma independiente de la presidencia. Desde el principio del mandato, Robredo se distanció del actual presidente y criticó duramente su atroz récord de derechos humanos. Más de 6,000 personas han sido asesinadas por la policía y por paramilitares y el mismo Duterte admitió públicamente haber asesinado a al menos tres personas cuando fue alcalde de Davao (tercera ciudad del país).

La victoria de Marcos se debe a dos factores. De un lado, se llevó a cabo una fuerte campaña de desinformación a través de redes sociales. Ésta buscó reescribir la historia del gobierno autoritario de Marcos padre mostrando ese período como uno en el que se alcanzó la paz y se produjo desarrollo económico y prosperidad. Se trata de un esfuerzo preocupante y que deja en vilo la responsabilidad frente a las víctimas de las más de 3,000 ejecuciones extrajudiciales y 70,000 denuncias de tortura durante su régimen, sin mencionar la descomunal corrupción y saqueo al fisco. De otro lado, Marcos se alió con Sara Duterte-Carpio, hija del presidente Duterte, quien se presentó a la elección vicepresidencial y goza de gran popularidad.

Democracia en riesgo

La llegada de Marcos y Duterte-Carpio puede implicar la profundización de las formas autoritarias y la erosión de las, ya frágiles, instituciones democráticas del país. También hay importantes intereses económicos en juego. La justicia filipina ha recuperado cerca de USD $5,000 millones de la fortuna de los Marcos, pero todavía hay litigios por otros USD $2,400 millones. Cuando asuma la presidencia, Marcos podría desmantelar la comisión a cargo de la investigación y también hacer que la justicia deje de investigarlo por sus enredos tributarios, que sumarían más de USD $500,000

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