
Vivimos en un mundo lleno de arañas y, en vez de entenderlas como compañeras cotidianas, lo que impera en el imaginario colectivo sobre estas pequeñas criaturas es el temor que producen. ¿De dónde viene el miedo?
Un grupo de aracnólogos de la Universidad McGill se interesó en la mala fama de los arácnidos. Con eso en mente, decidieron realizar una investigación para averiguar qué tanto de la información que se difunde alrededor de esos animales era cierta y qué tanta obedecía sólo al prejuicio. Así, recopilaron 5348 noticias sobre las mordeduras adjudicadas a estos animales publicadas en internet —del 2010 al 2022, en 81 países y 40 idiomas—, después las leyeron y llevaron registro de los hechos para identificar cuáles tenían información falsa o estaban cargadas de sesgos emocionales. El estudio arrojó que el porcentaje de artículos sensacionalistas era de 43% y los que tenían datos erróneos de 47%.
Los resultados, publicados en la revista Current Biology, dieron cuenta de una red masiva de desinformación interconectada, puesto que sólo un pequeño porcentaje de las 50.000 especies de araña que existen son peligrosas para los humanos. Para medir el sensacionalismo de una noticia, el grupo de investigadores se centró en el uso frecuente de términos que denotaran emoción —como “malvada”, “asesina”, “desagradable”, “pesadilla” y “terror”— para encontrar los errores en las historias. Encontraron que las personas no sólo llamaban, equívocamente, insectos a los arácnidos, sino que además exageraban los altercados que tenían al encontrarse con ellos, describiendo, así, comportamientos que no obedecen a la naturaleza de un arácnido.
También encontraron que la calidad de la información en las noticias variaba de país a país. En México, por ejemplo, los titulares se categorizaron todos como sensacionalistas, mientras que en Finlandia no hubo ni una sola historia con información errada. Los científicos sugirieron que en algunos casos la percepción general que se tiene de estos animales obedece a la cantidad de los mismos que se encuentran en una región.
Lo cierto es que, si no ves el cadáver de una araña aplastada cerca o sobre ti, lo más probable es que la mordedura que tienes en el cuerpo sea de otra cosa. Son muy difíciles de encontrar las arañas que tienen algún tipo de interés en picar a un humano y, normalmente, suelen atacar únicamente cuando se sienten en peligro.