
Las autoridades de Estados Unidos desmantelaron una red de tráfico de personas que ayudaba a migrantes a pasar la frontera entre Estados Unidos y México dentro de cajas o maletas. Según el Departamento de Justicia, se capturó a la jefa de la red y a siete de sus cómplices, encargados de transportar en condiciones inhumanas a migrantes de Colombia, Guatemala y México.
Los métodos de esta organización pusieron en peligro la vida de cientos de indocumentados al tenerlos en espacios cerrados con poca ventilación, sin control de temperatura y en condiciones que los ponían en gran riesgo. La banda tenía conductores que se encargaban de recoger a los migrantes cerca de la frontera con México y los transportaban hacia distintas ciudades de Texas. Se estima que cada uno de estos transportadores recibía aproximadamente $2000 dólares por migrante.