
Como era de esperarse, Lula fue blanco de críticas por decirle a Maduro que debería conocer la “narrativa que se ha construido contra Venezuela, de antidemocracia, de autoritarismo” y que era preciso que mostrara “su narrativa para que efectivamente pueda hacer que la gente cambie de opinión”. Fueron estas las palabras que pronunció Lula en su encuentro con Maduro, el día antes de la cumbre de presidentes de diez países de la región. No fueron bien recibidas.
Luis Lacalle Pou, presidente Uruguayo, del Partido Nacional de centroderecha, se mostró sorprendido con las palabras de Lula y recalcó la importancia del respeto a los derechos humanos y la democracia como parte de los principios que incluiría la declaración que firmarían los asistentes a la cumbre. Por su parte, Gabriel Boric, presidente chileno, izquierdista, también cuestionó duramente a Lula. Manifestó que discrepaba sobre la idea de que “la situación de derechos humanos en Venezuela era una construcción narrativa. No es una construcción narrativa, es una realidad, es seria y he tenido la oportunidad de verla en los ojos y en el dolor de cientos de miles de venezolanos que hoy día están en nuestra patria y que exigen también una posición firme y clara respecto a los derechos humanos.”
Integración regional
Pese a ese impasse, la cumbre tiene como objetivo la dinamización de la integración regional. El propio Lula señaló cómo la ideología había dividido a los países de la región e invitó a sus colegas a trabajar por la integración latinoamericana. Así también, desde Brasilia, Petro anunció que Colombia volvería a Unasur, organismo del cual Duque retiró al país en 2018 por el apoyo que se le daba a Maduro y el régimen venezolano. Sin pausa para leer su trino antes de ponerlo, Petro publicó en redes sociales: “He decidio (SIC) reintregar (SIC) el país a la Unasur ratificando el tratado aprobado por el Congreso a través de ley y he solicitado que se llame Asociación de Naciones Suramericanas para garantizar el pluralismo y la permanencia en el tiempo.”