
Al gobierno de Dina Boluarte no le hizo gracia la carta en apoyo a Pedro Castillo que firmaron los presidentes de Argentina, Bolivia, Colombia y México en días pasados. En respuesta, llamó a consulta a los embajadores de estos países alegando intromisión en los asuntos internos de Perú.
La carta: los presidentes dicen que Castillo ha sido “víctima de un antidemocrático hostigamiento” desde que fue elegido y les pidieron a las autoridades peruanas “abstenerse de revertir la voluntad popular expresada con el libre sufragio”. El presidente Petro, adicionalmente, publicó en su cuenta de Twitter otras afirmaciones en las que cuestionó la legitimidad de la destitución y detención de Castillo e incluso afirmó que Castillo fue capturado sin juez y sin defensa.
La respuesta: la canciller peruana, Ana Cecilia Gervasi, respondió señalando que Castillo dio un golpe de Estado y que la postura de los firmantes de la carta va en contra de los principios de cooperación y respeto que han caracterizado las relaciones entre los países. Además, afirmó que a Castillo se le están respetando sus derechos y que cuenta con todas las garantías procesales.
El llamado a consulta de un embajador es una decisión autónoma que toma cada país para evaluar el estado de las relaciones bilaterales, pero suele ser la antesala del rompimiento de las relaciones diplomáticas. Por ahora Perú no ha tomado este dramático paso.
No todos los líderes de izquierda de la región comparten la posición de la carta en cuestión. Notablemente, Boric y Lula no la suscribieron. En particular, refiriéndose a Castillo, Lula señaló que era lamentable que esa fuera la suerte de un presidente electo pero que entendía que su destitución ocurría en el marco constitucional de Perú.