
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, presentó su visión sobre el estado de la economía estadounidense en un evento en el Brookings Institution de Washington. Había expectativa respecto a un mensaje positivo sobre la inflación y la eventual recesión de la economía. Las noticias no fueron malas; pero tampoco fueron tan buenas como esperaban los mercados.
Pese a que el índice de precios al consumidor bajó durante octubre, Powell señaló que no hay evidencias claras de haber controlado completamente la inflación, sobre todo si se tiene en cuenta que en el pasado se han presentado meses en los que la inflación baja y luego meses en los que vuelve a subir. No obstante, afirmó que la Fed podría empezar a moderar la velocidad con la que ha venido aumentando las tasas de interés tan pronto como en la reunión de finales de diciembre. Su discurso enfatizó que tiene sentido continuar con una política monetaria restrictiva hasta alcanzar un nivel bajo de inflación. No indicó cuál era, para él, la “tasa terminal” a partir de la cual podrían dar su trabajo por finalizado. Los mercados no tomaron muy bien la información porque guardaban la esperanza de que las tasas de inflación empezaran a reducirse a principios del próximo año.
“A pesar de algunos avances prometedores, tenemos un largo camino que recorrer para restaurar la estabilidad de los precios”, dijo Powell.