
El gobierno de Alemania anunció esta semana una propuesta de sanciones para que sean impuestas por la UE a Rusia, dentro de las que se encuentra una prohibición a los ciudadanos europeos de desempeñar cargos en empresas pertenecientes al imperio económico de Putin. Olaf Scholz envió un documento a la UE con un listado de castigos tentativos como propuesta para imponer sobre Moscú, tras su último anuncio de movilización de reservistas para continuar con la guerra en Ucrania. El borrador de lo propuesto plantea un periodo de transición de tres meses para poner en marcha el veto a su totalidad y sugiere que sólo afecte instituciones con sede en Rusia y no a sus asociadas fuera.
El punto sobre los empleos en la propuesta de sanciones se basa en la premisa de que el Kremlin suele utilizar el ofrecimiento de cargos bien pagados en sus empresas estatales como una forma, tramposa pero efectiva, de ejercer influencia política en la UE. Un ejemplo es el caso de Gerhard Schröder, un ex canciller alemán fuertemente criticado por sus vínculos con Putin y al que se le adjudica gran parte de la responsabilidad sobre la decisión de construir el gasoducto Nord Stream, el cual contribuye en gran medida a la dependencia energética que tiene Alemania respecto a Rusia.