El gobierno de Rusia acusó a Ucrania de estar preparando una “bomba sucia”, con elementos radioactivos, para usar en la guerra. Vladimir Putin planea llevar la acusación ante el Consejo de Seguridad de la ONU para que se le apliquen sanciones a Ucrania. Mientras tanto, Kiev ha negado por completo la veracidad de la denuncia, pidiendo, además, que inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) se acerquen a dos instalaciones militares de su país para revisar y corroborar su versión.
¿Qué es una bomba sucia?
Según la OIEA, una bomba sucia es un dispositivo de dispersión radiológica, compuesto por un explosivo convencional —como la dinamita— y algún material radioactivo de uso civil —como el Cesio-137, que se utiliza con normalidad en la medicina y otras industrias. Al momento de estallar, el artefacto tiene la capacidad de esparcir la radiación en áreas aledañas.
A pesar de no tener el potencial destructor de una bomba nuclear propiamente dicha, puede causar pérdidas millonarias, porque la zona afectada tiene que ser evacuada y descontaminada, lo que en ciertos casos podría implicar incluso la demolición de infraestructura. Todavía no se sabe a ciencia cierta cuál es el nivel de daño que puede producir en las personas, más allá de generar heridas por el impacto de la explosión.
Preocupación en occidente Mientras que el Kremlin intenta formalizar su denuncia, Kiev y sus aliados la califican de falsa y temen que la situación sólo sea una estrategia de Putin para escalar la guerra e intentar contrarrestar los avances que las fuerzas ucranianas han tenido recuperando territorio. Los ministros de Exterior de Estados Unidos, Francia y Reino Unido anunciaron que su apoyo económico, humanitario y político a Ucrania en el conflicto sigue siendo inquebrantable.
