
Rusia atacó el puerto de Odesa menos de veinticuatro horas después de haber firmado un acuerdo con Ucrania para permitir la exportación de granos que están bloqueados en varios puertos. El viernes pasado, bajo el auspicio de Turquía y las Naciones Unidas, emisarios de Rusia y Ucrania firmaron un acuerdo para exportar el grano apresado en Ucrania, país que es el cuarto exportador mundial de trigo. La guerra, que ayer domingo entró en su sexto mes sin mostrar señales de que las agresiones cesen, también ha causado la reducción de las exportaciones de cereales y fertilizantes desde Rusia, lo cual ha aumentado los precios de los alimentos globalmente y está generando una crisis alimentaria en todo el mundo.
El ataque al puerto de Odesa genera gran incertidumbre y preocupación sobre la posibilidad de embarcar los granos y cereales para despacharlos a diferentes destinos. La comunidad internacional rechazó prontamente los hechos. Volodímir Zelenski afirmó, con frustración, que Moscú siempre rompe sus promesas. No es claro qué tan graves fueron los daños en el puerto. Algunos reportes señalan que los misiles rusos de alta precisión tipo Kalibr causaron daños en un andén de carga y un silo que almacenaba grano. Por otro lado, otros reportes indican que los impactos no afectaron el área de almacenamiento ni la infraestructura portuaria. Moscú afirmó que los misiles hundieron un buque de guerra y una bodega con misiles tipo Harpoon, de fabricación estadounidense.
Las autoridades ucranianas indicaron que iban a continuar con el plan de exportar las cosechas que tienen almacenadas y que estaban en capacidad de exportar 60 millones de toneladas de grano en los próximos nueve meses, pero que si la infraestructura portuaria se veía afectada el proceso podría tomar dos años.