Rusia se retira de Jersón, la ciudad más importante que había ocupado

Imagen: Vetre

Sergéi Shoigú, ministro de defensa ruso, ordenó a las tropas del país que abandonen un área que incluye la ciudad ucraniana de Jersón, la única capital regional capturada por Moscú desde el inicio de la invasión de febrero. Dicha retirada supone un importante revés para el Kremlin, que se da sólo unas semanas después de que Vladimir Putin anunciara una serie de anexiones ilegales cimentadas en referendos que ordenó celebrar arbitrariamente.

A pesar de las declaraciones del gobierno de Rusia, hasta ahora las autoridades de Ucrania no han confirmado la veracidad del movimiento. El gobierno ucraniano había sugerido en los últimos días que sospecharía de cualquier anuncio del Kremlin, bajo la premisa de que Putin haría lo posible para que las fuerzas ucranianas llegaran a zonas supuestamente libres de sus tropas para tenderles una emboscada. No obstante, la evidencia apunta a que Moscú, efectivamente, se enfrentó a una nueva derrota.

Por su parte, Volodímir Zelenski sugirió que, de ser cierta la retirada rusa de Jersón —y, teniendo en cuenta que la guerra es insostenible—, está abierto a iniciar conversaciones de paz con Rusia, reversando, así, su negativa a negociar con Moscú mientras Putin esté en el poder. No obstante, afirmó que el diálogo sólo se dará bajo sus condiciones, por lo que el Kremlin tendría que devolver todas las tierras ocupadas de Ucrania, compensarla por todos los daños y, además, hacerse responsable judicialmente por sus crímenes de guerra.

¿Qué dice la comunidad internacional?

Como era de esperarse, la comunidad internacional también observa con sospecha las declaraciones del ministro de Defensa ruso, aunque reconocen que no sería sorpresiva su veracidad teniendo en cuenta que Rusia ya ha tenido que retroceder, varias veces, en términos de su invasión a Rusia. A pesar de la retirada de Jersón, el Kremlin no ha parado su accionar militar, por lo que se espera un nuevo paquete de sanciones para la nación, mientras que Ucrania sigue en estado de alerta por las consecuencias de los constantes bombardeos de los que ha sido víctima.

La Comisión Europea propuso un paquete de ayudas a Kiev de 18.000 millones de euros para 2023, con la que Bruselas pretende ayudar al país a cubrir salarios, pensiones o infraestructuras energéticas dañadas tras la invasión. Sin embargo, se corre el riesgo de la dotación no llegue a buen puerto por una amenaza de bloqueo de Hungría, que parece no estar de acuerdo con contribuir a ningún nuevo préstamo que efectúe la UE, pues la nueva emisión de deuda de la organización requeriría el apoyo económico de todos los Estados que la componen, sin importar que algunos estén atravesando sus propias crisis.

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