
El acuerdo de cese al fuego establecido entre Armenia y Azerbaiyán para acabar con la guerra por el Nagorno Karabaj en el año 2020 llegó a su fin. La escalada de las tensiones entre estos dos países —que se acusan mutuamente de haber faltado al compromiso de paz— se tradujo en violencia y ha dejado cerca de un centenar de víctimas desde que se agudizó el conflicto en la madrugada del martes.
Según el gobierno, en Ereván unidades de las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán abrieron fuego con drones y artillería de alto calibre contra posiciones armenias en la frontera común, lo que produjo la muerte de unos 50 soldados. Por su parte, desde Bakú justificaron el ataque como una respuesta legítima frente a supuestos actos subversivos y provocadores a gran escala que los armenios estaban realizando cerca de la frontera, los cuales habrían causado la muerte también de unos 50 soldados y daños a la infraestructura.
La guerra de seis semanas entre Armenia y Azerbaiyán en el 2020 llevó a que el último recuperara franjas de Nagorno-Karabaj y significó la muerte de más de 6600 personas. El conflicto se apaciguó gracias a un acuerdo de paz negociado por Rusia, que opera una base militar en territorio armenio y envió fuerzas de paz a la región en octubre de dicho año.
Los ministros de defensa de Armenia y Rusia se reunieron el martes por la mañana para acordar medidas de estabilización en la zona fronteriza. Por su parte Turquía —como patrocinador político y militar de Azerbaiyán— acusó a Armenia de ser responsable del estallido de los combates e instó a Ereván a negociar.