
El proyecto de búsqueda de vida extraterrestre, conocida como SETI, por sus siglas en inglés, es un esfuerzo por encontrar señales de radiación electromagnética de aspecto artificial que podrían provenir de una civilización tecnológicamente avanzada en un sistema solar lejano. Una de las grandes dificultades actuales a las que se enfrentan los científicos espaciales radica en el poder identificar, sortear y rotular eficazmente cada uno de los datos que van acumulando telescopios y otros instrumentos que utilizan para observar más allá del planeta tierra. Pensando en dicho problema, Peter Ma —estudiante de la Universidad de Toronto—, en conjunto con el Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, Breakthrough Listen, y otras instituciones de investigación científica de todo el mundo, decidieron aplicar el aprendizaje automático y la inteligencia artificial a un grupo de datos tomados que ya habían sido analizados previamente.
Así las cosas, para sorpresa de los investigadores, el método dio con el descubrimiento de ocho señales de interés previamente no identificadas. Según los resultados iniciales de la investigación, hay una pequeña posibilidad de que se hayan desenterrado “tecnofirmas” —es decir, rastros de una tecnología avanzada—no terrestres; lo que significaría, en pocas palabras, que el SETI habría alcanzado su principal objetivo de encontrar señales de inteligencia artificial extraterrestre.
¿Logró SETI encontrar señales de vida extraterrestre?
Hasta ahora, la única respuesta certera y corta es que no. Sin embargo, es la primera vez que el mundo se acerca tanto a una respuesta, pues muchas de las dificultades iniciales que se tenía en los procesos han sido solucionadas por el nuevo sistema. En la investigación se identificaron —gracias a la IA— 100 veces más patrones de ruido que en revisiones anteriores y, de esos, surgieron las ocho señales extraordinarias e interesantes que impulsaron observaciones de seguimiento. Si esto se logró a partir de una pequeña porción de todas las grabaciones de los radiotelescopios que existen, es posible que eventualmente se puedan descubrir ondas indicadoras de vida y movimiento en otras partes del universo.