
El día de ayer se hicieron públicos miles de documentos que fueron hackeados de los sistemas informáticos de la policía de la provincia de Sinkiang, en el extremo noroeste de China, los cuales documentan de forma irrefutable la brutal política de genocidio cultural sobre las minorías uigures y otros pueblos túrquicos en ese país y sobre la realidad de su internamiento en las llamadas instituciones de “reeducación.”
¿Quiénes son los uigures?
Se trata de una de las 56 minorías étnicas reconocidas en China. Son el grupo mayoritario en la provincia de Sinkiang, pero también habitan en otros países de Asia Central como Kazajistán, Kirguistán y Uzbekistán. La población total de uigures en el mundo es de 13,5 millones de personas —un poco más que la población total de Bolivia— y un 90% habitan en China. La mayoría de los uigures son musulmanes, lo cual explica en gran medida la discriminación del gobierno chino hacia ellos.
¿Qué hay en los archivos policiales de Sinkiang?
Los/las hackers lograron sonsacarle una cantidad importante de documentos clasificados de la policía local con información que permite verificar 1) la existencia de campos de internamiento forzados y 2) las graves violaciones de los derechos humanos de los uigures. Los documentos incluyen cerca de 3000 fotos de personas detenidas, información personal de detenidos y policías, documentos de política y manuales de entrenamiento y pueden ser consultados aquí.
¿Por qué importan estos documentos?
Desde hace unos años, algunos países, occidentales en su mayoría, han denunciado las vejaciones a las que han sido sometidos los uigures en China. Un número importante de países de Asia y África han defendido las políticas chinas de represión a los uigures, como puede verse en este mapa. Por su parte, Beijing siempre ha negado violar los derechos humanos de estas minorías, o al menos hasta ahora. La línea oficial es que los campos de detención —los más grandes lugares de reclusión de una minoría desde la segunda guerra mundial— son realmente escuelas de reeducación a las que los uigures asisten voluntariamente.
Los documentos fueron entregados a un grupo de trece medios de comunicación del mundo para que verificaran la información. BBC, por ejemplo, usó la información personal de los detenidos para confirmar con sus familiares si habían sido detenidos. Igualmente, hicieron análisis forenses de las fotografías y verificaron la identidad de numerosos policías. Pese a esto, ya el embajador chino en Reino Unido se refirió a la información como “fabricada” y calificó a la BBC de “patética” por publicarla. Los archivos revelados le permitirán a la comunidad internacional ejercer más presión sobre China para exigir cambios en su tratamiento de los uigures.