Las protestas en Sri Lanka no cesan y de hecho se agravaron el día de ayer cuando se conoció que el presidente Gotabaya Rajapaksa huyó a Maldivas antes de renunciar, como había anunciado. Con la dimisión presidencial, el primer ministro Ranil Wickremesinghe quedó designado como presidente interino, lo cual aumentó la furia del pueblo esrilanqués. Los manifestantes incendiaron la residencia de Wickremesinghe el fin de semana pasado y le consideran aliado de Rajapaksa e igualmente responsable por la grave situación económica en la que el actual gobierno sumergió a la que fuera una próspera isla hace tan solo unos años.
Indignados con la situación, los manifestantes en Sri Lanka se tomaron las oficinas del primer ministro y las ocuparon, a pesar de la resistencia de la policía que los recibió con gases lacrimógenos y chorros de agua. Una persona habría perdido la vida en los disturbios. Actualmente, la gente ocupa el complejo del primer ministro y no están dispuestos a retirarse hasta tanto no se nombre un nuevo presidente. El proceso, según la constitución, puede demorarse entre tres días y un mes.
De acuerdo con Reuters, el parlamento nombraría un nuevo presidente la próxima semana. El Partido de Unidad Nacional, partido en el poder y al cual pertenecen Rajapaksa y Wickremesinghe, deberá nombrar al sucesor. Aunque no se ha tomado una decisión, aparentemente Wickremesinghe sería la primera opción. Tal vez los eventos de ayer les hagan entrar un poco en contacto con una realidad que parecen desconocer.
