
La Reserva Federal de EE. UU. tomó la decisión de aumentar la tasa de interés en 0,75% nuevamente. Se trata del cuarto aumento consecutivo de tres cuartos de un punto porcentual, lo cual confirma la determinación de la Fed de mantener el pie en el freno en su esfuerzo por aplacar la inflación. La tasa de interés estaba cerca al cero en marzo pasado y ahora está en el rango entre 3,7 y 4%. Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, señaló que es posible que los aumentos continúen y haya aumentos de 0,5% en diciembre y 0,25% en febrero y marzo, buscando llegar a una meta de alrededor de 5%. Pese a los esfuerzos, la inflación no cede y en septiembre llegó a 6,5% (8,2% anualizada), la cifra más alta desde 1980.
El mensaje de Powell creó algo de incertidumbre porque primero señaló que el aumento de diciembre sería menor, para luego complementar señalando que los incrementos se sostendrán en el tiempo. Los mercados bursátiles cayeron. El índice Dow Jones perdió 1,5% y el S&P 500 bajó 2,5%.
Los efectos del esfuerzo de la Fed ya empiezan a sentirse en la economía estadounidense. Por ejemplo, el mercado inmobiliario se ha casi paralizado porque tasa de los créditos hipotecarios están en 7%, lo cual no sucedía desde hace dos décadas.