
Hay tensiones en el continente europeo. La UE está considerando poner precios máximos a la importación del gas ruso como una estrategia para cortar los ingresos con los que Putin financia la guerra en Ucrania, según anunció Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Los ministros de energía europeos se reunirán mañana para estudiar diferentes medidas para hacerle frente a un invierno que puede ser particularmente difícil por el alto precio del gas y la energía, como les contamos en nuestra edición de ayer.
Como era de esperarse, Putin respondió airadamente, aumentando aún más las tensiones. Primero, amenazó con cortar el suministro de todos los productos energéticos. “No suministraremos gas, petróleo, carbón, gasóleo de calefacción, no suministraremos nada”, señaló, y calificó de “estúpida” la medida de imponer precios máximos. Segundo, Putin también manifestó sus reservas sobre el acuerdo para la exportación de las cosechas de grano ucraniano, que se logró por intercesión de la ONU y Turquía. Señaló que el objetivo del acuerdo era que el grano llegara a los países más pobres, pero que en cambio se estaba quedando en la UE y en Turquía. Así que sugirió que podría limitar la exportación de estos productos desde puertos ucranianos.
Pese a las advertencias de los rusos, la Unión Europea planea seguir adelante con las medidas. Es una situación delicada porque Rusia exporta el 40% del gas y el 30% del petróleo que usan en Europa. Recortes adicionales del suministro, o su suspensión, tendrían consecuencias devastadoras sobre las economías europeas y graves impactos sobre su población.