
Entre ayer y hoy se celebró en Ciudad de México la cumbre de presidentes norteamericanos, conocida como la cumbre de los Three Amigos. Justin Trudeau, Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador se reunieron para hablar de cooperación económica, medio ambiente y el tema migratorio.
Aunque no se hicieron anuncios muy específicos, pero la reanudación del encuentro fue un logro en sí mismo. Esta cumbre solía realizarse todos los años, pero no se llevó a cabo durante la presidencia de Trump.
El tema más novedoso fue la propuesta de organizar un foro trilateral de semiconductores con actores gubernamentales y líderes de la industria para proponer políticas que incentiven su desarrollo y que aumenten la inversión en las cadenas de suministro de semiconductores en toda Norteamérica. El punto fue propuesto por EE. UU. como parte de su preocupación por ser autónomos en la producción de semiconductores.
En temas ambientales, la discusión giró en torno a la producción de energía limpia. Adicionalmente, los tres presidentes reafirmaros sus compromisos de reducción de emisiones de gas carbono e incentivar el uso de vehículos eléctricos. Para este último fin, se comprometieron a fortalecer la infraestructura de cargadores eléctricos a lo largo de las fronteras internacionales.
El tema más álgido fue el de migración. López Obrador afirmó que la paz es el resultado de la justicia, por lo que los problemas sociales no debían tratar de resolverse solamente con coerción. Por su parte la Casa Blanca afirmó que los tres países se comprometían a trabajar conjuntamente para lograr una migración “segura, ordenada y humana en la región”. Aunque la cumbre no produjo decisiones puntuales, reunió a los líderes de los tres países y se trató de la primera visita a México de un presidente estadounidense en casi diez años. Los símbolos también son importantes.