
Un tiroteo masivo tuvo lugar en Half Moon Bay, en el estado de California, Estados Unidos. Siete personas fueron asesinadas durante el ataque que se dio en unas granjas de hongos. Entre las víctimas había seis hombres adultos y una mujer de ascendencia hispana y asiática, además de una octava persona que fue transportada al hospital y se encuentra estable.
El principal sospechoso es Chunli Zhao, de 66 años, residente de la comunidad, quien trabajaba en Mountain Mushroom Farm. Aún no se conocen los motivos y, según las autoridades locales, la única relación que puede existir entre el sospechoso y sus víctimas, sería laboral. Dos horas después del ataque, Chunli Zhao condujo hasta el estacionamiento de una estación de policía local, donde las cámaras grabaron cómo fue inmovilizado en el suelo y arrestado por la policía.
El 21 de enero otro tiroteo tuvo lugar en Monterey Park, también en California, en el que diez personas murieron y al menos otras diez resultaron heridas. El principal sospechoso, Huu Can Tran, de 72 años, fue acorralado por la policía y procedió a dispararse. Y apenas unos días antes, seis personas, entre ellas una madre adolescente y su bebé de 6 meses, fueron también asesinados en una propiedad en Goshen, centro de California. De este último, se cree que no fue un acto al azar, sino que tenían como objetivo a la familia.
Serían ya tres tiroteos masivos en California, que se dieron en poco más de una semana, los cuales fueron calificados como una tragedia tras otra por Gavin Newsom, gobernador del estado. La vicepresidente Kamala Harris se pronunció frente a los incidentes diciendo que “Un momento de celebración cultural… y otra comunidad más ha sido destrozada por la violencia armada sin sentido”. Y es que la cultura de las armas en Estados Unidos sigue en crecimiento, ya que estos tres casos se suman a los 31 tiroteos en lo que va de este año en el país.