
La discusión se dio en torno a los conflictos económicos que se puedan generar cuando una pareja decide divorciarse. La Corte le anunció a los jueces que de ahora en adelante deberán aplicar un enfoque de género a la ahora de la repartición de bienes, para que sea más equitativo y no beneficie únicamente a la parte que aporte los ingresos monetarios a la casa. De esta manera, el trabajo doméstico tendrá que ser tenido en cuenta. Esta decisión se da en un momento en el que, desde distintos colectivos y organizaciones feministas, se ha recalcado la importancia del trabajo de las amas de casa y las personas que trabajan por y para el hogar, labores que a menudo son invisibilizadas y poco apreciadas por no contar con un costo fácilmente cuantificable.