
La transición energética no sólo es imperiosa, sino que tendrá impactos negativos sobre el crecimiento y la inflación de los países, según afirma un reporte del Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, entre más tarde se tomen las decisiones, mayores serán los costos de su implementación. No obstante, los beneficios de lograr las metas del acuerdo de París y llegar a la neutralidad de carbono para 2050 tendrá beneficios que superan ampliamente los costos.
Estas conclusiones se desprenden de un análisis en el que estiman que los costos de la transición energética —producir energía eléctrica sin utilizar combustibles fósiles— reducirían el crecimiento del PIB entre 0,15 y 0,25 puntos porcentuales por año. El impacto en el crecimiento sería menor en regiones como China, Europa y Estados Unidos y más alto en las economías emergentes por su dependencia en la exportación de combustibles. El impacto en la inflación no varía mucho entre regiones y estaría entre 0,1 y 0,4 puntos anuales. El mensaje es claro: hay que actuar pronto.