Los problemas legales de Donald Trump se agravaron un poco ayer. Por cuenta de sus intentos por revertir el resultado de las elecciones presidenciales en Georgia, se convocó a un gran jurado que debía estudiar si había méritos para que la fiscalía imputara cargos penales. El gran jurado estimó que varios de los testigos en el caso habrían cometido perjurio, es decir, mentido bajo juramento.
Contexto: después de perder la elección presidencial en 2020, Trump disputó los resultados en varios estados utilizando distintas artimañas, incluyendo alegatos de fraude electoral o intentos por influir a las autoridades para que cambiaran los resultados. Trump llamó al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, y le dijo que le encontrara votos. “Solo quiero encontrar 11.780 votos, que es uno más de los que tenemos, porque ganamos el Estado”, le dijo. La grabación de esta llamada —obtenida por el Washington Post— inició el proceso que nombró un gran jurado para el caso.
¿Qué se supo ayer?: el juez a cargo del caso autorizó la publicación de parte del informe del gran jurado especial. Los apartes conocidos permiten concluir que no se encontró evidencia de fraude electoral. Además, el informe indica que “uno o varios” de los testigos que declararon en la investigación podrían haber mentido bajo juramento.
El gran jurado entrevistó a 75 testigos antes de disolverse el mes pasado, entre ellos el ex abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, el gobernador de Georgia, Brian Kemp, y el senador de Carolina del Sur, Lindsey Graham. Trump no fue llamado a declarar. Ahora, según las leyes de Georgia, Trump y sus socios podrían enfrentar cargos de delitos penales por cometer fraude electoral o interferir en el desempeño de funciones electorales oficiales.
