
El domingo, Turquía llevó a cabo la Operación Garra-Espada: un operativo turco en venganza contra territorios de Siria e Irak que según ellos albergan células terroristas responsables del atentado que dejó 6 muertos y 81 heridos en Estambul la semana pasada. Después de los hechos en la capital, el gobierno detuvo a 22 sospechosos y acusó al PKK -Partido de los Trabajadores de Kurdistán- de estar detrás de la acción terrorista.
El domingo, la aviación turca llevó a cabo más operaciones de bombardeo en contra de las milicias kurdas en el norte de Siria. Por su parte. Después de publicar en Twitter que “ha llegado la hora de ajustar cuentas”, el Ministerio de Defensa turco ha afirmado que los bombardeos han estado principalmente en la zona noreste de Irak, justo en la frontera con Turquía.
Las autoridades turcas afirmaron que han “neutralizado a numerosos terroristas y se han destruido 89 objetivos, entre refugios, cuevas, túneles, depósitos de munición, bases y campos de entrenamiento”. Así mismo, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró que los bombardeos turcos habrían dejado al menos 31 muertos, 6 de ellos miembros de las Fuerzas de Siria Democrática.