En lo que va de la semana, la guerra en Ucrania se extendió al territorio de Rusia con tres ataques a bases militares. A partir de este movimiento, Putin tuvo que reunir al Consejo de Seguridad para pensar en medidas adicionales con miras a proteger las regiones fronterizas del territorio invadido.
Ucrania se ha atacado con drones varios aeropuertos militares en Riazán y Sarátov, bases de la aviación estratégica de Rusia ubicados fuera del territorio en donde se estaba desarrollando la guerra. Además, Sergei Shoigu, Ministro de Defensa ruso, dijo que Ucrania continuaba bombardeando la planta de Zaporiyia, generando deliberadamente una amenaza de catástrofe nuclear que, según el Kremlin, debería ser sancionada por la comunidad internacional.
El último de los ataques ucranianos para la infraestructura militar rusa estuvo dirigido al aeropuerto de Kursk, cerca de la frontera con Ucrania, en donde no sólo se reportó un gran número de heridos, sino también el incendio de un tanque de almacenamiento de petróleo. A pesar de las acusaciones del Kremlin, Estados Unidos declaró que está en contra de esta escalada de la guerra, por lo que de ninguna manera ha participado activamente para promocionarla.
