
Las autoridades sanitarias de Uganda declararon el fin de la epidemia de ébola que se había iniciado en septiembre pasado. En esta ocasión, la enfermedad cobró la vida de 56 personas y se confirmaron 142 casos.
El país lleva más de 42 días sin que se reporten casos nuevos. Esto es, el doble del período de incubación del virus y es el criterio que exige la OMS para declarar el fin de la epidemia.
Las autoridades ugandesas utilizaron una estrategia agresiva de rastreo de contactos y cuarentenas para encontrar a los familiares y demás personas que hubieran podido estar en contacto con las víctimas. La estrategia fue exitosa y lograron controlar el virus a pesar de que logró expandirse a nueve distritos del país, incluida Kampala, la capital.
El virus de ébola es muy contagioso y se transmite por contacto directo con fluidos corporales como sangre, saliva, sudor o semen. A diferencia del Covid-19, sólo es contagioso cuando las personas presentan síntomas, los cuales incluyen fiebre, dolor corporal y fatiga. En casos extremos los síntomas evolucionan a diarrea, vómito y hemorragias espontáneas.
El último episodio de ébola en Uganda se había presentado en 2012. En esa ocasión fallecieron 17 personas de los 24 casos confirmados y la epidemia duró tres meses.