
Filipinas permitió que Estados Unidos ocupara cuatro bases militares —de forma no permanente, para que este pueda vigilar y reaccionar ante una posible invasión de China a Taiwán. Estas bases se suman a las cinco que están contempladas en el Pacto Mejorado de Cooperación en Defensa (EDCA), firmado en 2014. EE. UU. estarían prácticamente duplicando el control que tiene en el Mar de China Meridional y alrededor de Taiwán, en un lugar estratégico en la pelea por influencia en el territorio.
Según un comunicado de Washington, este acuerdo se firma para aumentar la capacidad de resistencia frente a desastres humanitarios, climáticos y “otros desafíos compartidos”, entre ellos, hacer frente a una posible invasión China. Mencionan también que la interoperabilidad de los ejércitos mejoraría, así como el desarrollo de ejercicios militares, por medio del entrenamiento mutuo.
Frente al acuerdo, la embajada China se pronunció en un comunicado, criticando los avances de EE. UU. y mencionando que estas acciones “aumentan la tensión regional y socavan la paz y estabilidad regional”. Además, advierte a los países de la región que deben estar atentos y evitar ser utilizados por EE. UU., asegurando que su estrategia responde a intereses propios que pretenden intensificar su postura militar.
Hasta hace poco las relaciones entre China y Taiwán no habían tenido inconvenientes importantes, pero en 2012 China intentó tomar el control del Atolón de Scarborough y desde 2014 han estado intentando ganar territorio por medio de la construcción de islas artificiales. Por su parte, EE. UU. también ha estado planeando proyectos en la región, entre los cuales están compartir tecnología de defensa con India, para combatir a China y desplegar unidades de la marina en Japón y la apertura de una locación en Guam.