El gobierno Biden anunció que, para principios del 2023, la embajada de E.E. U.U en La Habana reanudará el procesamiento completo de visas a inmigrantes. Los servicios consulares norteamericanos en la isla fueron suspendidos en el 2017, durante la gestión de Donald Trump. La decisión se toma en el marco de una fuerte crisis migratoria y hace parte de un esfuerzo concertado para expandir los caminos legales a Estados Unidos, que se desarrolló en la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección durante la Cumbre de las Américas en junio pasado.
Según el acuerdo migratorio vigente, Estados Unidos debería conceder, anualmente, un mínimo de 20.000 visas a migrantes de Cuba, número que contrasta con el promedio de 4.000 que, según autoridades cubanas, se otorgaron en los últimos años. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE. UU. también aumentará la cantidad de personal en La Habana para procesar los casos y realizar entrevistas como parte del Programa Cubano de Libertad Condicional para la Reunificación Familiar.
El número de cubanos que han viajado a la frontera entre Estados Unidos y México aumentó dramáticamente el último año. Tan solo en agosto, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. detuvo poco más de 19.000 inmigrantes de dicho país a lo largo de la frontera. Así las cosas, mantener relaciones tensas con Cuba representa un mayor desafío para la administración estadounidense, pues impide que el control de la crisis migratoria sea efectivo.
A pesar del clima de negociación, el gobierno Biden ha mostrado una fuerte preocupación por el tema de derechos humanos en Cuba. Por este motivo, instó al gobierno cubano a liberar a todos sus presos políticos, poniendo sobre la mesa que, de no ser así, la recuperación de las relaciones entre ambos países podría desacelerar o, incluso, verse afectada negativamente.
